Los trofeos son reconocimientos a nuestras habilidades, tanto si se trata de un trofeo por ser campeón de ajedrez, como si tienes una medalla que has ganado por ser el más rápido de la pista o por nadar durante más tiempo, debemos de cuidarlos porque son parte de nosotros y de nuestros logros. Para que puedas tenerlos en perfecto estado durante más tiempo, te hemos elaborado esta guía práctica en la que sabrás cómo limpiar trofeos sean del material que sean.
Cómo limpiar trofeos de metal
Uno de los consejos que todo especialista te va a dar para limpiar trofeos de metal es que realices el mantenimiento todas las semanas. Es normal que nos olvidemos de nuestros logros cuando ya los conseguimos, pasando al siguiente reto, pero si no quieres que el metal comience a tener manchas de óxido o que acumule mucho polvo y suciedad, lo que tendrás que hacer es pasarle un paño al menos una vez por semana, de esta manera seguirá manteniendo ese brillo natural que tanto nos gusta.
En el caso de que hayamos descuidado bastante nuestros trofeos, la mejor solución la vamos a encontrar en el bicarbonato. El bicarbonato sódico cuenta con la peculiaridad de que será capaz de limpiar efectivamente tus trofeos. Para esto, lo que tienes que hacer es tomar un paño de algodón, como por ejemplo esa camiseta vieja que usas para quitar el polvo de la casa. Algunos más puritanos lo que usan es algodón tal cual, usando unos guantes para frotar mejor sus trofeos.
Es preferible el algodón o los tejidos de este material por un motivo muy sencillo y es que van a poder limpiar en profundidad, pero sin dañar la pieza. Si usas otro tipo de material puede que estés arañándolo y con el paso del tiempo quede estropeado y sin tanto brillo como al principio. Para usar el bicarbonato lo que tendremos que hacer es colocar agua caliente en un cuenco y verter dos o tres cucharadas de bicarbonato sódico. Iremos empapando poco a poco el algodón para luego frotar en la superficie del trofeo. Esto tendremos que hacerlo con mucha paciencia, puesto que en ocasiones la suciedad está bastante incrustada y no sale tan bien. Para potenciar el efecto, puedes verter también el zumo de un limón y algo de vinagre, consiguiendo con esta fórmula que el resultado sea todavía más visible.
Cabe destacar que también hay otros métodos como por ejemplo el comprar productos de limpieza específicos para este tipo de materiales, aunque nosotros no te los aconsejamos puesto que pueden ser bastante dañinos a la larga para la pieza que deseas limpiar y restaurar.
Cómo limpiar medallas de bronce
A continuación, te vamos a ofrecer una guía para limpiar bronce, ya que este material requiere de un mantenimiento mucho más exhaustivo para que el aspecto sea mucho mejor. Cuando el bronce está sucio se nota, principalmente porque ha perdido ese color tan característico y se ve muy estropeado.
Lo primero que debemos de hacer es quitar la suciedad más incrustada de la medalla, debiendo de tomar un paño de algodón que haya sido anteriormente sumergido en agua con jabón. Esto hará que la suciedad y el polvo se vayan desprendiendo más fácilmente y se consiga que solo quede la más incrustada.
Para eliminar la suciedad más fuerte, se recomienda secar de nuevo la medalla para luego volver a mojar el paño en una solución de vinagre con dos cucharadas de sal y otra de harina. Si ves que en la primera aplicación la mancha no se desprende, tendremos que dejar durante un par de horas la medalla en la fórmula que te hemos dado. Una vez que haya pasado este tiempo, remoja bien la medalla debajo del grifo para retirar el vinagre y el resto de los ingredientes.
Para terminar y darle el toque maestro, tendrás que adquirir cera en pasta, algo que se puede encontrar fácilmente en muchas tiendas especializadas o supermercados, consiguiendo que el bronce brille igual que el día en el que la recibiste.