Si estás pensando en contratar a un entrenador personal, es importante que no contrates al primero que te ofrezca sus servicios, sino que antes tendrás que tener en cuenta una serie de aspectos si quieres disfrutar de un buen profesional. Como bien sabrás, cuando queremos ponernos en buena forma física, lo normal es que nos sintamos perdidos y no sepamos qué hacer. Para evitarlo, contratar a un entrenador personal puede ser la mejor manera de ponernos en forma en el menor periodo de tiempo posible.
Consejos para contratar a un entrenador personal
Como nos indican desde BalanceGymBoutique, lo primero que tenemos que tener claro es si realmente estamos dispuestos a sacrificarnos para conseguir un buen estado físico. De nada sirve contratar al mejor profesional del mundo si luego nos vamos a echar para atrás a la hora de hacer el ejercicio. Si no tenemos voluntad, lo mejor será que lo dejemos para más tarde o estaremos tirando a la basura nuestro dinero y tiempo.
Por supuesto, hay que fijarse en lo que nos va a cobrar el entrenador. Como todo en este mundo, cuanto mayor sea el caché del entrenador, más caro nos saldrá contratarlos. Siempre tenemos que fijarnos que nuestro presupuesto se adapta a sus tarifas para evitar endeudarnos demasiado. Por supuesto, no solo tenemos que buscar que el precio sea económico, sino que también tenemos que buscar que la calidad de sus servicios sea buena. El objetivo es que nos ayude a conseguir la forma física que buscamos lo antes posible. Si solo nos va a mirar, para eso hacemos lo que nos parezca correcto y listo.
Si no tienes dinero, puede ser una buena alternativa hacer ejercicio con amigos para crear un plan de entrenamiento que os beneficie a todos. El problema es que no todos tendréis las mismas necesidades, por lo que puede que realmente no estés haciendo el ejercicio que realmente necesitas. De aquí que muchas personas contraten a un profesional, ya que dependiendo de sus necesidades, el entrenador hará un entrenamiento u otro.
Aunque contratemos al mejor entrenador personal de nuestra ciudad, es muy importante tener claros cuales son nuestros objetivos. A la hora de proponernos estos objetivos, es importante fijarse en que la meta sea alcanzable. A todo el mundo le gustaría tener un cuerpo de 10, pero en muchas ocasiones esto no es posible por diferentes motivos. Para evitarte llevar una decepción, se realista y aprende a conocer tus límites. Así te será mucho más fácil evolucionar y llegar a lo que realmente puedes y quieres llegar.
El entrenador siempre tiene que adaptarse a tus necesidades, sobre todo a tus horarios. Si trabajas, cuidas a tus hijos… y solo tienes unas pocas horas al día libres, el entrenador debe poder adaptarse a tus horarios sin problemas. Si no hay compenetración entre ambos, entonces lo mejor será que busques a otro profesional que si se adapte a tus necesidades. Recuerda, eres el cliente.
No hay que olvidar que para conseguir llegar a la meta, es importante ser un buen alumno. Piensa que el entrenador es el profesional, por lo que tendrás que aprender a hacer lo que te diga para mejorar tu calidad de vida y tu forma física. Piensa que lo más seguro es que te cambie la vida de manera importante y en consecuencia tendrás que acatar las órdenes. Por ejemplo, seguramente te diga que tienes que cambiar los hábitos, la alimentación… Muchas personas no están dispuestas a realizar estos cambios. Si tú no lo estás, entonces igual no te interesa contratar a un profesional. Por supuesto, el entrenador en ocasiones te hará hacer mucho más ejercicio del que quieres realizar. En este caso tendrás que sacar fuerza de voluntad y no retirarte en mitad del camino.
Tras conocer todos estos consejos, seguro que ya sabrás que es lo que tienes que tener en mente y evaluar a la hora de contratar a un profesional. Si realmente estás dispuesto a cambiar, comienza a buscar al mejor entrenador. Si no lo tienes claro, antes aclara tus ideas y luego da el paso. Pero si lo das, te puedo asegurar que te sentirás mucho mejor contigo mismo y en consecuencia podrás darte cuenta de lo mucho que te estabas perdiendo.